El estrés laboral o distrés, es una respuesta general del organismo ante demandas internas o externas que en principio resultan amenazantes, consistiendo, básicamente, en una movilización de recursos fisiológicos y psicológicos para poder afrontarlas.
Pero también el estrés pude ser positivo y adaptativo, eustrés. El estrés, por tanto, es una respuesta adaptativa que puede resultar beneficiosa para aumentar y mantener el rendimiento y la salud.
Sin embargo, el exceso cuantitativo o cualitativo de estrés, produce como resultado el agotamiento del organismo que con bastante frecuencia debe estar sobre funcionando para manejar situaciones “difíciles”, esto puede perjudicar seriamente el rendimiento y la salud. A eso le llamamos Distrés.
Los agentes estresantes forman parte del ámbito en que normalmente viven las personas (familiar, profesional, social, personal).
En específico vamos a tratar aquí el estrés Laboral, distrés laboral.
Casi todo el mundo siente alguna vez estrés laboral, aunque te guste tu trabajo.
Según la agencia europea para la seguridad y salud en el trabajo, en torno a la mitad de los trabajadores europeos consideran que el estrés es un elemento común en sus lugares de trabajo, y contribuye a casi la mitad de todas las jornadas laborales perdidas.
El estrés laboral se encuentra entre los problemas que más dificultades plantea y afectan de manera notable a la salud de las personas, de las organizaciones y de las economías nacionales.
En el ámbito laboral hay que considerar necesariamente un cuadro de estrés ocupacional denominado burnout, o «síndrome de estar quemado». Afecta de forma característica a diferentes profesiones, en especial aquellas que pueden tener una alta carga de estrés, y consiste en un agotamiento mental, emocional y físico, que se manifiesta como pérdida de energía, fatiga y sentimiento de encontrarse al límite.
Situaciones que pueden provocar estrés laboral:
Carga de trabajo. Esto puede incluir trabajar muchas horas, tener pocos descansos o manejar una carga de trabajo muy pesada.
Funciones en el trabajo. Puede sentir estrés si no tiene un papel definido en el trabajo, si tienes demasiadas funciones o si tiene que responder a más de una persona.
Condiciones laborales. Si existen estímulos ambientales dañinos. Un trabajo que es físicamente extenuante o peligroso. También lo puede ser trabajar en un empleo que lo expone a ruidos fuertes, contaminación o químicos tóxicos. O simplemente que no se siente reconocido con el salario y siente el trabajo como una gran carga.
Gerencia. Se puede sentir estrés si la gerencia no permite que los trabajadores participen en la toma de decisiones y se toman decisiones que afectan directamente en la vida del trabajador, si carece de organización o si tiene políticas que no ayudan a conciliar la vida laboral con la familiar.
Problemas con otras personas. Los problemas con su jefe o sus compañeros de trabajo son fuentes comunes de estrés.
Anticipación mental de lo que pueda ocurrir en el futuro. El miedo al despido o al verse estancado y que no avanza en su profesión. Percibir amenaza.
- Situaciones que fuerzan a procesar información rápidamente. Tanto de exigencia externa como de autoexigencia.
- Bloqueos en nuestros intereses.
- Presión grupal.
- No conseguir objetivos planeados. Frustración, incumplimiento de expectativas.
¿Cómo podrías prevenir o gestionar el estrés laboral?
- Detectar situaciones estresantes: Lo que es estresante para ti puede que no lo sea en el general de las personas, conócete y detecta cuales son las situaciones que te estresan a ti personalmente.
- Ser conscientes de las propias limitaciones y no asumir responsabilidades que no se está seguro de poder cumplir.
- Establecer un criterio de prioridades a la hora de afrontar las obligaciones y los retos que te esperan.
- Práctica el expresarte.Ábrete a explicar a los demás cómo te sientes o cómo te hacen sentir según qué cosas, eso es bueno para la comunicación asertiva. Hazlo de una forma amable, para generar espacios positivos. Desarrolla una comunicación fluida con los demás, es bueno compartir ideas, inquietudes, proyectos, cultiva el sentido del humor etc.
- Planifica bien tu trabajo. Saber en que ocupamos nuestro tiempo ayudará a que te sientas mejor y no tener la sensación de estar improvisando siempre y que te coje el toro.
- Ponte objetivos claros y realistas.Si tus metas son realistas y alcanzables sentirás mayor motivación y satisfacción.
- Haz descansos de 5 minutos de tanto en tanto. Bebe agua, mantén una breve charla, dale un descanso a tu mente. Los parones en su justa medida ayudan a rendir mejor.
- Aprende a decir no de una forma asertiva. Aunque te pueda suponer incómodo es responsabilidad tuya que el otro sepa hasta dónde puedes llegar con efectividad.
- Aprende a delegar.Entender que no puedes hacerlo todo y todo bien. La confianza en las personas del equipo es clave y si no tienes a nadie a quien delegar internamente hazlo externamente.
- Aprende técnicas de relajación y descansa bien en casa.Si te cuidas fuera de trabajo posibilita que vuelvas regenerado y fuerte para abordar las tareas del trabajo.
- Adquiere buenos hábitos alimenticios. La falta de tiempo o las prisas en nuestro día a día pueden desencallar en malos hábitos alimentarios que de postre te pueden traer incomodidades incluso enfermedades.
- Práctica deporte
- Práctica meditación/entrenamiento mental
- Ten un espejo externo, tu coach que te ayude a verte, conocerte y a cambiar percepciones que te resultan estresantes y te dote de técnicas que puedas usar para instaurar nuevos hábitos de pensamiento y sentimientos, cómo que te acompañe en el despertar de tus capacidades y recursos.
Pero sobre todo sería bueno para ti aprender a regular la intensidad de la reacción a los imputs externos.