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Gestión del duelo

Uno de los acontecimientos más difíciles por los que podemos pasar las personas, es la muerte de un ser querido o una ruptura de pareja. Una pareja con la que hemos compartido experiencias y momentos únicos.

La Gestión del duelo o gestionar la pérdida es algo clave para superar etapa de la vida y volver a ser feliz encontrando el equilibrio mental.

No importa si la relación con otra pareja se rompe o si por el contrario ha habido una pérdida de un ser querido. Ambos deben pasar por un proceso de duelo y en ambas, es necesario que nos demos un tiempo para poder sanar las heridas y volver a resurgir de nuestras cenizas con más fuerza.

Tener idea de que no vamos a volver a ver a una persona, implica un proceso interno que requiere esfuerzo y trabajo y no siempre es algo sencillo. En nuestro equipo de profesionales contamos con psicólogos expertos en duelos, que pueden ayudarte a completar el proceso de duelo de manera eficiente para de nuevo, volver a disfrutar de la vida y ver el sol brillar.

Las etapas del duelo.

Para gestionar de manera correcta un duelo, tenemos que tener en cuenta que existen ciertas etapas que debemos atravesar, aunque no significa que todos atravesemos estas etapas de la misma manera y con la misma intensidad.

Si queremos superar una situación que nos ha tocado de vivir y que nos está produciendo dolor, tenemos que abrir y cerrar cada etapa hasta llegar a la meta: La sanación.

 

Negación

En esta primera etapa, no llegamos a asumir la muerte o la ruptura de una pareja. De esta manera, evitamos aceptar dolorosa realidad.

Es una etapa muy dolorosa, que puede llevar a la persona a no sentirse identificado con la realidad y a querer escapar de ella. De alguna manera, la persona puede ver esta situación como si fuera una pesadilla.

Ira

La ira, es la segunda etapa de las que más pesa en una persona. La ira nos azota con su violencia y provoca que nos enfademos por la situación que nos ha tocado vivir,

La persona afectada necesita encontrar un culpable de su dolor, ya sea Dios, otra persona o incluso uno mismo.

Esperanza o Negociación.

A pesar de todo lo vivido, albergamos la esperanza de volver a ver a esa persona y unir los  lazos que se han roto. Durante esta etapa, puede surgir la negociación qué es la idea inconsciente de prometer que si hacemos algo, esa persona volverá.

Depresión o tristeza.

Cuando la realidad se vuelve manifiesta nos damos cuenta de que esa persona no va a volver y  tenemos que lidiar con todos los sentimientos que se amontonan en nuestra cabeza.

Aceptación

La aceptación, una vez descargada toda nuestra tristeza y nuestra rabia  nos une a la realidad y aceptamos que lo que ha ocurrido, no puede cambiarse y debemos permitirnos seguir hacia delante.

El miedo y la seguridad son las dos emociones que más pueden aparecer en un proceso de duelo. El deseo de controlar algunas situaciones y no perder todo lo que hemos construido, puede llevarnos a estar demasiado tiempo en la fase de la ira.

El buscar culpables y ver que alguien es el responsable de todo el dolor que estamos sufriendo nos ayuda a sobrellevar de alguna manera de lo que ha sucedido.

También tenemos que tener cuidado con la tristeza o la depresión. Es una etapa donde nos damos permiso para llorar y expresar nuestros sentimientos. Sin embargo, si esa etapa se prolonga el tiempo, pueden aparecer depresiones serias que nos impiden llevar la vida plena que realmente merecemos.

En Terapia Singular contamos con un equipo de psicología y coaching que te ayudará a soñar y cerrar la herida que te impide llevar la vida que quieres o anhelas.

 

¿Cómo gestionar un duelo?

Para gestionar bien el duelo debemos empezar por gestionar nuestras propias emociones. Normalmente, desde que somos pequeños, nos han enseñado a reprimir ciertas emociones y no mostrarlas al exterior.

Esta conducta es dañina y puede llevar a la persona a explicar cuando menos lo espera o crear un adulto inseguro y temeroso. Aprender a escuchar nuestras emociones es de vital importancia y más aún, en un proceso de duelo.

El duelo es un proceso muy doloroso, pero llevado de manera correcta, puede ser una forma de descubrir quiénes somos y de aprender a gestionar nuestras emociones internas para poder controlar nuestra vida de la mejor manera.

Saber cuestionar nuestros miedos o hacerle frente a ciertas inseguridades, puede ser sumamente enriquecedor. De esta manera, sabremos cuándo podremos dar el paso a la siguiente etapa.

El ciclo de la vida y el duelo

Todas las etapas llegarán, pero es nuestra la decisión de quedarse mucho o poco tiempo en una determinada etapa. Puedes estar triste unos meses tras el duelo, es algo normal. Sin embargo también puedes seguir con esta tristeza y convertirla en una depresión de la que te lleve años salir. Y ello, por no haber sabido cómo gestionar el duelo y todas las emociones internas.

Hacer de la perdida un aprendizaje

Para la persona que ha perdido una es familiar o ha roto con su pareja, que siempre sale en el duelo como un proceso que puede existir junto a un precio un crecimiento personal. Artículo ver el lado positivo de una circunstancia como la muerte minimizar el dolor.

Tampoco queremos decir que el que sufre el  duelo debe experimentar un proceso de cambio personal o fomentar un crecimiento. El objetivo, es centrar la mirada al momento en el que el dolor surge, analizarlo, aceptarlo y comprenderlo.

Eso es lo que nos hará crecer.

Crisis de vida

El duelo supone una crisis vital que se caracteriza por la forma en la que es capaz de tambalear los cimientos de una persona y poner su vida patas arriba.

El duelo es capaz de hacernos comprender quienes somos, cómo pensamos y actuamos y cómo podemos cambiar los esquemas  que hasta ahora, no han funcionado.

A partir de aquí, comienza un trabajo interno que se encamina a responder a una pregunta clave en la vida de toda persona como es :¿Cómo quiero vivir mi vida a partir de este momento?

Tiempo al tiempo

Para comenzar este tipo de procedimiento es importante que el tiempo haya actuado.

No podemos esperar estar en disposición a evolucionar si tan solo han pasado unos días después de la muerte o la ruptura de la pareja. Hay que dejar un tiempo para poder aceptar la realidad y estabilizar el aluvión de sentimientos y emociones por los que se pasa.

Con esa actitud el doliente verá como puede hacer una revisión más interna de su propia vida y como los cambios que pueden darse, pueden llegar a ser favorables.

Empatía

Según los estudios más recientes dónde se han entrevistado a personas que acaban de pasar por un duelo reciente, los entrevistados explican que se sienten más cercanos del dolor que los demás. Son más empáticos y humanos.

El hecho de haber estado en contacto con el dolor cara cara, nos hace ser más sensibles a los demás .Por ello, cuando una persona siente que ha curado una herida emocional relacionada con un trauma o una perdida, desarrolla la necesidad de hacer algo por los demás.

El agradecimiento y la ayuda al otro cura su dolor y por tanto, puede ayudar a la persona a crecer y fortalecerse de una manera mucho más trascendente.

Si acabas de tener una pérdida importante en tu vida y no te ves con la suficiente fuerza para lidiar con ello, confía en nuestro equipo de profesionales de Terapia Singular.

Juntos, te daremos las claves para volver a ver la luz : )